araña-papagallo

Era un papagallo del tamaño de mi dedo ìndice. Era perfecto como uno de tamaño natural.Mayormente rojo pero tambièn tenìa plumas verdes, amarillas y blancas.

Con la mirada perdida, caminò como un robot sobre los dos palitos azules que eran sus patas.
Yo sabìa que era una araña mortal y muuuuuuuy peligrosa.

Lo vì brincar del piso a una silla y lentamente se instalò en la pata trasera de Lolo, mi perro que dormìa.
En un momento, la pata se llenò de sus plumas y araña papagallo se quedò dormido.Lolo comenzò a despertar quejàndose muy quedo y entonces supe que morirìa.

Lo llevè con el veterianario que se puso histèrico por la gravedad del caso.
Sostuvo desesperadamente a Lolo y le dijo que no cerrara los ojos, que no se durmiera ¡¡¡¡
Luego, con unas pinzas, tomò el cuello de la araña-papagallo y en un movimiento higiènico, los desprendiò de la pata del perro.

Araña-papagallo, quedò con el cuerpo lánguido entre las pinzas y el veterinario llorò por el especimen ahora muerto, que sólo habìa visto en los libros.