XV años de Aurora

Fin de semana en una fiesta de alcurnia, aristócratas, empresarios y chamacos.

Mesero: Desea algo de tomar?
Yo: Qué tienes ?
Mesero: Aguamineral , toronja y coca-cola.
Yo resignada: Coca-cola en las rocas, por favor.

Debido a las creencias de los anfitriones el alcohol estuvo ausente, esto provocó el derrumbe de mi plan sinembargo después me pareció tan civilizado, que creí estar en Singapur.
Ya para darle un toque de surrealismo, durante la cena estuvimos compartiendo la mesa y conversando con una importante figura política de la región, que para mí hubiera pasado inadvertida de no haber sido por los analógicos comentarios sobre el sacahuil que probé en Papantla.

El fin de semana extrañamente cumplió su cometido: renovación.

He recuperado al niño de la glucosa, después de todo sé que me quiere y yo también, no lo puede negar aunque se quiera hacer el seco, el frío, el pensante, de todos modos rie y me consiente, aprecio tanto sus excepciones a la regla.
Fui con Carlitos a un parque abandonado y nos subimos a los juegos, lamenté no haber llevado mi cámara, su sonrisa fue tan auténtica mientras subíamos al voltantín esférico girador, que hizo aumentar el estadio de aceptación de humana que yo llevaba en las flores que puse en mi cabello.
Después para pasar la tarde, llamé al otro Carlos al que no había vista hacía 4 años y en un balcón con el aire llevándose el humo de su cigarro y vestido de la misma forma que yo, claro con sus variantes pero exactamente en el mismo estilo, rompí la obligada sobriedad, como una piñata dejándola caer desde lo alto.
Conversaciones que desafían el avance de los minutos, que miedo cuando decimos lo mismo ¡¡¡ Cifras que simultáneamente salían de nuestros labios sin ponermos de acuerdo y nuestros ojos casi derraman lágrimas de risa, de sorpresa, de miedo porque son demasiadas coincidencias juntas para dos personas que han cambiado pero que cuando conversan es como sino pasara el tiempo, fenómeno que pasa con escasos.

amo el tiempo, su paso y las transformaciones, amo la danza del torito y las silverado, amo la sincronicidad y parecer turista siempre.