Tuesday, January 29, 2008

EL VIERNES, FUERON POR MI FOTO DE SPENCER TUNICK AL MUCA.
EL SÁBADO LA TUVE EN MI MOCHILA JUNTO CON OTROS VARIOS REGALOS ENTREGADOS ANTES DE ÉL (elniñochoi) ABORDARA EL CAMIÓN CON RUMBO A DONDE YO NO PODÍA IR.

AQUÍ UN RELATO NUNCA ANTES PUBLICADO EN ESTE BLOG DE MI EXPERIENCIA EN LA ENCUERADERA DEL ZÓCALO CAPITALINO EN MAYO DEL 2007.
gracias niño-choi.

La masa sin calzones



Adormilada entreabro los ojos. Debemos estar ahí a las 4.30 a.m.
Tras la ventana del camión, la madrugada en la ciudad de tonos grises y luces amarillas promete una experiencia, que sólo se, será intensa y emocionante. Pasando debajo de un gran puente, pienso que he sido fácilmente conquistada por la sincronicidad y los acompañantes impulsivos que me han traído a la capital. Spencer Tunick, con sus trece años de fotografiar desnudos masivos , ha seducido a miles de personas alrededor del mundo, para quitarse la ropa y el pudor.

De la central del norte, tomamos un taxi y el tráfico frente al Palacio de Bellas Artes nos aprisiona por instantes, el conductor con una estrategia auténticamente chilanga logra burlar a los autos estáticos para dejarnos lo más cerca de la calle Madero, el acceso elegido para entrar al peculiar escenario de la instalación. Puntualmente y con registro requerido en mano, formamos parte de gruesas e interminables filas de personas desveladas, es entonces cuando comienzo a darme cuenta de la magnitud del evento y de lo que significa la palabra “diversidad”; la entrada de la abigarrada multitud es fluida y el reducido equipo de organización da la bienvenida agradeciendo nuestra participación con actitud de animador del MAEVA. Juntos, cada vez mas juntos, sentados en las usualmente transitadas calles que encuadran la Plaza de la Constitución, unos conversan, otros dormitan, otros existen y huele a marihuana; el frío y los nervios hacen que los sanitarios se repleten pero eso sí, todo muy en orden.
A mi derecha, una familia entera con tías y abuelitas incluidas, a mi izquierda, un punketo solitario; pululan los chilangos, los albures y los gritones que ingeniosamente amenizan la espera. Un par de horas pasan en el proceso de acomodamiento e información previa al momento anhelado.

Por fin, Spencer hace su aparición junto con un traductor simultáneo, que se enfrenta a los mexicanos y su doble sentido. Enfatizó en lo breve que es la luz del amanecer, así que debíamos actuar rápido y ordenadamente para la realización de las tomas antes de que el sol saliera por completo.
Las instrucciones parecen simples: No quitarnos la ropa hasta que el fotógrafo de la indicación, debemos quedar completamente desnudos, hay que avanzar caminando a la plaza, ubicarnos en un cuadro por persona, permanecer en el centro de este y adoptar las tres posiciones que se ilustran en enormes lonas que cuelgan del hotel Majestic, (punto estratégico de fácil identificación para todos los participantes).De pronto…el silencio, unos minutos de murmullos, expectación… Con voz fuerte, desde lo alto del Majestic, Tunick grita: AHORAAAAA! y comienza a contar de forma regresiva y rápida 5, 4, 3, 2 , 1… estrategia perfecta que utiliza para aprovechar la adrenalina y la predisposición de su material mexicano que se quedara en pelotas. No tuve tiempo para pensar en nada y cuando me di cuenta ya me había quitado los calzones. Mire a mi alrededor y todo se volvió drásticamente homogéneo, sonreí y respaldada por mis dos nudistas amigos, fui formando parte de la masa encuerada que avanzaba hasta encontrar su cuadro correspondiente.
En la azotea de un edificio, decenas de flashes de prensa ,registraban para el mundo la cantidad mas grande de humanos desnudos reunidos en la vía publica. Tome mi lugar y los incontables encuerados seguían avanzando, así hasta llenar todos los espacios, mientras tanto los gritos de Mé-xi-co, Mé-xi-co !, los aplausos sin razón y las olas como se hacen en los estadios me iban haciendo cada vez mas consciente de lo que estaba pasando.

La Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional, el edificio del Ayuntamiento, el Zócalo; la majestuosa arquitectura la ciudad de los palacios nos abrazaba volviéndonos parte de la postal, nada convencional pero estética por no tener precedentes.

Primera posición, de pie en dirección al Majestic, con los brazos a los costados, mirando la nuca de la persona de en frente. El frió era soportable para mi mente pero a mis pezones les parecía acuchillante. Otra toma, en la misma posición pero como haciendo un saludo a la bandera. Comentario predominante de los circundantes:-- Puta madre!!--
Segunda posición, acostados mirando al cielo con la cabeza dirigida hacia el asta que no tenia bandera. Cuando todo mi cuerpo hizo contacto con el piso helado, un estremecimiento me hizo sentir viva y reconocerme en una de las circunstancias más absurdas de mi vida, y con eso de que ahora, lo absurdo me resulta fascinante, fue un momento disfrutable. Comentario predominante de los circundantes: --Apúrate cabrón que tengo frío!-- y --Puta madre!--
Tercera posición, tal vez la que nos dejó más expuestos que nunca, la más agobiante por el trabajo muscular que conlleva y la que varios tardaron en adoptar: rodillas al piso, nalgas en los talones y cabeza en el piso dirigida a Catedral. Comentario predominante de los circundantes:--- Un, dos, tres por el que está atrás de mi!, -Norberto Rivera, el pueblo se te encuera ! y – Puta madre !

Después de esta última posición, se nos indicó avanzar caminando por 20 de noviembre,
ya todos actuábamos con la naturalidad que te da la confianza de la aceptación. Un imperante respeto por el cuerpo y la contemplación de la raza humana como tal, se irradiaba al pasar por los edificios Art Déco, por el Palacio de Hierro, por Suburbia. Toda la calle para los encuerados y para nadie más. La zona estaba resguardada por policías que también se portaron chidos, y que no se inmutaban al ser blanco de la gritería por ser los únicos vestidos, --Que se encuere, Que se encuere!!, y estoy segura que más de uno tuvo ganas de hacerlo, porque para entonces estar desnudo se convertía en lo normal.

Pensé que tenía un claro concepto de la igualdad entre humanos, pero ahora lo comprendía estrictamente en el sentido físico y se contrastaba con lo que mis ojos observaban: gama de pieles mayormente claras, pero con distintos matices, las zonas
púbicas, los penes, las espaldas, los músculos, los tatuajes, los parches anticonceptivos, las arrugas, el traje de baño marcado por el bronceado, los pezones, las panzas, los rostros y los peinados. Unidades que por la conformación de sus elementos forman una diversidad única.

Con la calle llena de descalzonados hicieron un par de tomas más, y de regreso al Zócalo nos separaron: los hombres a la derecha, mujeres a la izquierda; ahí voy, junto con todas las viejas. Frente a Palacio Nacional, el sol ya se estaba asomando y la luz dorada iluminaba los cuerpos curvilíneos que avanzaban con decisión gritando: --Mujeres, Mujeres!!. Después de un momento de descontrol hicieron que nos recostáramos en uno de nuestros costados y las formas corporales resaltaron, hicieron la toma y los momentos me parecieron eternos, me pico una hormiga , en el antebrazo por suerte; al levantarnos, notamos que estábamos cercadas por hombres vestidos, me sentí vulnerable, incómoda, la sensación era compartida, todas juntas avanzamos hasta las calles donde estaba nuestra ropa, esperando encontrarla. Identifiqué a mis amigos rápidamente, me vestí frente a ellos que ya estaban vestidos y pude sentir la diferencia de tener y no tener ropa. Es más cómodo si nadie usa. Todo había terminado tal vez para nunca repetirse y estaba satisfecha con el sublime estado post-desnudocolectivo.

Spencer Tunick: un instrumento para el re-descubrimiento de pensamientos que hemos olvidado y catalizador para el estructuración de nuevos que quedaran en la cabeza a pesar del tiempo. Literal y figurativamente, alentó a 18 mil personas a despojarse de todo y observarse desnudos, logrando un auto reconocimiento de la raza humana a través de la diversión y el disfrute en la producción de arte.

6 comments:

Xavysaurio said...

yo jamaz tendria el valor... JAMAZ!

a menos que me regalen un poni, entonces si lo tendria, o que me den dinero...

DAME DINERO!

sirako said...

yo me encueré esa noche-mañana pero en mi casita, y me tomé fotos. las encontró mi mamá y me corrió de la casa.

Abbita said...

orale miss, no me habia tocado leer desde el punto de vista de alguien que lo vivio, que estuvo ahi, muy buen relato, yo?, yo no se si lo hubiera hecho...je

saludos!

Miss B. said...

ay yo digo que eso si que no haría nuncamente, muero de pena y de frío jejejeje!

saluditos y abrazos nena!

Catalina Zentner Levin said...

Soy muy friolenta y pasadita de kilos, de modo que no lo haría...
pero admiro a quienes tienen el valor para vivir tamaña experiencia.
Resulta muy interesante, como te han dicho, el relato desde adentro, con la objetividad con que lo has hecho.

Memorial de Silencios
Cofre de Haikú
De Ausencias y Soledad
El Mundo de Wilhemina Queen.
Jardín Haikú

ÑOR GOGOL said...

Lástima que sólo fue una “cuestión de arte”.
Sería democráticamente hermoso que todos anduviésemos en pelotas por la calle.

Yo no me animaría puesto que tengo una líbido muy simple y ver un seno o una nalga femenina desnuda invariablemente me provoca una erección inmediata. No soy pervertido, repito; tengo la testosterona de un puberto, je.

Una hormiga picándote... jajaja.

Besos