El vestido y Cerati, amarillos

Un festejo importante contemplado en mi agenda con un mes de anticipación y de pronto todo comienza a complicarse, las fichas de dominó caen sin parar una tras otra; por causas ajenas a mi ahora sobria voluntad, decido cancelar la salida.
No hago mucho por ir en contra de la obviedad de las negativas que se clavan provocativamente en mi perversidad.

Y entonces una llamada y un mensaje, hacen que sacuda mis pensamientos volátiles y desparezcan.

El mensaje: Y yo que pensaba que la distancia era el olvido, y que con ésta venía una desactivación de los chips de coordinación de pensamientos simultáneos e idénticos entre los diferentes emisores. El mensaje demuestra la activación, periódica, pero activada.

La llamada: ---------------.

Hoy el terso vestido amarillo, único y diminuto, esperará otra ocasión para contrastar con mi piel.

El cumpleaños

Y hasta ahora no puedo decir cuál año ha sido el mejor, elegiría los últimos 26. Sí.

tiempo

Y contigo descubro la atemporalidad en los silencios, los helados, los sabores y el tacto; secuencias de nosotros mismos en espirales mezclados , huyendo de la resolana que poco a poco avanza a través de la ventana e invade la cama y los dígitos del reloj que innevitablemente siguirán en dando vueltas al tiempo.

veo veo, qúe ves?

agradezco lo que vivo.

postal inmediata

yo de 7 años con esta canción;
en bicicleta, pedaleando con una intensidad desenfrenada.
fuerte, más fuerte, por el simple placer de ir rápido y riendo, como lo hacen los niños.

señor-manos-burbujas

Frente a mi quietud, un señor desconcido, movía sus manos a ritmo lento bajo el agua.
Flotaba y se movía todo su cuerpo.
Su cabeza con lentes oscuros miraban hacia el cielo, mientras avanzaba atravesando a alberca.
Sus manos extendidas y en un movimiento provocaron decenas de burbujas-bebé que subieron a la superficie como en cámara lenta, muy lenta, mientras yo traía en la mente esta canción de Lou Reed; pero luego me acordé de esto:





y entonces el señor cantó para el mismo, con una voz de seductor de los setentas una canción que no reconocí.